Aún tiene Gredos su sombrero de armiño
y rizos de blanca espuma borbollante
se escapan en torrentes, cascabeleando
entre los peñascales musgosos de granito,
entonando una canción de floridos despertares.
El sol granado en oro, acaricia en llamas
a la vida aletargada que dormitaba en silencio
.
Verdea abril en las desnudas resolanas pardas,
y una brisa bruñida con aromas primaverales
se riza en los alcores y calveros con su alma de aire.
¡Se despereza la sierra por la abrupta ladera,
los torrentes se hacen gargantas cantarinas
entre perlas de agua que reverberan al sol.!
Desde la frontera del blanco silencio,
todos son arpegios místicos de vida,
con aromas de libertad y vocación de cielo…
¡Nacarados corceles alados cabalgan por el añil
dejando un aguacero enjoyado de diamantes!
El alma se extasía en lirismos de pureza
en un crisol de áureos sentimientos.
Todo renace desgarrando sus crisálidas
¡es primavera y su alma de tierra sueña,
engarzando sus latidos, con un alud de vida!
Unas garzas azules vuelan por el añil
y ya se ecuchan los trinos melodiosos
de los jilgueros, en las pardas encinas...
mientras en el arroyo las violetas
vestidas de lila, elevan sus tallos al sol
Todo despierta a la vida aletargada