viernes, 24 de julio de 2020
¡ REQUIEM POR UN CAMPESINO EXTREMEÑO ! EDITADO
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A ti que has llegado a mi blog, te recibo con una cálida acogida…¡ se bienvenid@! Todos vamos dejando huellas en los senderos de la vid...
Que linda despedida para una persona que ha luchado toda su vida en el campo , sufriendo todo tipo de inclemencias del tiempo ...Su vida seguirá en algún otro lugar y sin duda verá esa estrella.
ResponderEliminarMuy lindo, un fuerte abrazo!!
Era muy pequeña, pero tengo en mi alma la mirada y la pobreza de muchos estos hombres, íntegros y honrados que se quedaban en los surcos de la tierra su vida y sus sueños.
EliminarUn abrazo Campirela
Un homenaje despedida digno de respeto.
ResponderEliminarAbrazos.
Para mí, todo el del mundo Alfred, creo que no volverán a existir hombres como ellos que a pesar de su dura vida, tenían en ella sueños y esperanzas.
EliminarUn abrazo.
Testimonial lamento, Ángeles, nos dejas con descripción versada de esa noble y grande labor donde las haya, del trabajador del campo, curtido en mil faenas de sol a sol y prontas madrugadas, para que en un suspiro todo lo arrase la tormenta o la plaga desbaste lo granado…Gracias por compartirlo. Feliz fin de semana.
ResponderEliminarUn abrazo
Tienes toda la razón Dionisio, de sol a sol, con calor y escarchas y al final, podía perderse todo. Mi padre fue uno de los últimos campesinos extremeños, hasta el 1972, que ya las aseguradoras les pedían que asegurasen sus cosechas y si no podían de noche, las prendían fuego. Pocas personas saben que estos hechos fueron los que hicieron abandonar el campo a los campesinos extremeños.
EliminarUn abrazo.
Un poema desgarrador que me ha traído a la memoria a todos aquellos campesinos y jornaleros que vivieron su mísera vida en el campo. Me ha llegado muy adentro. Un homenaje fabuloso.
ResponderEliminarUn abrazo
Rita, ahí en un rinconcito del corazón, están todos los que conocí, el poema del Cid dice...SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS EL CID CABALGA...
EliminarPues este verso se podría aplicar a los campesinos extremeños, solo cambio el final, en vez del CID CABALGA...ELLOS CONTINUAN PORQUE ES SU PAN.
Un abrazo y siempre mi cariño.
Digno de aplaudir esta elegía al campesino, que sufrido y explotado por oligarcas de turno, nos ha dado su tiempo y su vida para que vivamos de su esfuerzo. Tengo inmensa admiración y respeto para ellos, por estar ligada mi profesión a la tierra y el campesino de por medio.
ResponderEliminarCierras el poema con broche de oro...
"... solo esperas el fin
¡para poder acariciar alguna estrella!".
Felicitación Ángeles y, un abrazo inmenso y solidario.
ES cierto todo lo que dices Ceciely, los campesinos extremaños fueron dignos de admiración y respeto, eran trabajadores, honrados, integros y todo por llevar a sus hijos un bocado de pan, y aunque perdían la cosecha muchas veces, continuaban en el campo, porque no había otra cosa. Yo les he visto llorar como niños y trabajar como bestias para obtener un mísero jornal.
EliminarUn beso.
desgarrador y sentido. Mi padre ha trabajado el campo toda la vida y yo sigo sus pasos. Todas sus cosechas dependían del tiempo, del clima, del cielo... Saludos desde el Altiplano Granadino, donde el campo se ha visto regado con muchísimas gotas de sudor, suspiros y quejíos de todos los campesinos que lo han trabajado.
ResponderEliminarEs cierto Sofía, no sé pero hoy creo que la época franquista y el trabajo de un bracero agrícola, iban unidos en España. Hoy cuando vuelvo a mi pueblo, te prometo que lloro al ver como están abandonadas las dehesas, solo como cotos de caza, cuando antes en cada época se elevaban llenas de vida al sol de los días.
EliminarUn abrazo con cariño.
Son tantos y tantos los que han sufrido este oficio duro bajo el yugo del amo, que duele leerte y volver a sentir el hambre y la tristeza que les rodeaba. Ahora son muchos los "jornaleros" que viajan a España para cumplir con la labor de recogida. Ellos también sufren en algunos lugares las duras circunstancias, lejos de su familia y con escasos sueldos.
ResponderEliminarMi felicitación por la pasión, la lírica y la entrega que le has puesto, amiga.
Mi abrazo grande y feliz fin de semana, Angeles.
En un rinconcito del alma, a pesar de ser una niña, están historias desgarradas de estos hombres honrados y valienten que iban dejando en los surcos de la tierra su sudor, su miseria y sus sueños. POrque lo peor de todo esto M.Jesús, es que las tierras no eran suyas, en mi pueblo, todas pertenecían al Marqués de Comillas, al que debían además pagar por el arrendamiento de las tierras. Hoy todas estan abandonadas, cercadas y convertidas en cotos de caza de esos grandes señores. Dios del cielo, pasaron hambre y miserias, y no tenían otro medio de trabajo.
EliminarDesde el corazón, un abrazo.
Aún en lo doliente, le hiciste honor a la vida del campo, del agricultor, tan vasta y rica en símbolos de vida, pero tan dura y malagradecida en otros sentidos.
ResponderEliminarMe pareció hermoso.
Para mí merecen todos los honores, veía a mi padre dejarse el alma en los terrones de la tierra, quizá para entender un poco la vida de estos hombres, hay que leer a Miguel Hernández, que la describe con desgarro y dolor.
EliminarUn abrazo con cariño
Buen homenaje el que le haces a ese "campesino" . Un abrazo .
ResponderEliminarHola Chelo, que alegría encontrarte en mi espacio, el verdadero homenaje está en el fondo de mi alma, era muy pequeña, pero vi tanta pobreza y miseria que cuando alguno de ellos iba a mi casa, mi padre a escondidas de mi madre, que no quería, siempre les daba un pan, un chorizo, un costillar... son tantas historias las que viví, que se han quedado escritas en mi alma.
ResponderEliminarUn abrazo con cariño.
Ángeles querida amiga, he sentido una gran pena por ese hombre que dejó su vida y si cuerpo en esos campos me imagino que hablaras de tu padre al que le das y distes tu corazón y admiración, fuiste una maravillosa hija y ahora mejor madre. In abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarSí Halcón, es un recuerdo a mi padre y a todos los campesinos que como él, vivieron años de pobreza y duros trabajos. Hoy he conocido a muchísimas personas por mi trabajo y sabes lo más emocionante que he vivido en estos años... Un viejecito subió al escenario desde donde estaba recitando, escuché murmullos en la sala pero no sabía que pasaba, me volví hacia atrás y vi a ese viejecito que quitándose la boina, me abrazó entre cientos de aplausos y lágrimas... fue muy lindo, porque le dejé hablar a él y contó parte de su vida de hambre y miseria.
ResponderEliminarUn abrazo con cariño.
Un hermoso homenaje a nuestros mayores del campo. Ellos sabían lo que era la dureza de la vida y por ello valoraban cada bocado de alimento, algo que nos falta a los más jóvenes.
ResponderEliminarAbrazo :)
Así era Volarela, era otra forma de vivir y de sentir, creo que no hemos progresado nada como personas, nos estamos destruyendo y nos están destruyendo, la integridad de las personas se ha perdido como hojas barridas por el viento.
EliminarUn abrazo con cariño
Que lindo honenaje a ese trabajo tan duro y poco valorado a veces, un abrazo.
ResponderEliminarYo quisiera poder volver a mi infancia, cuando no había miedo, cuando los hombres a pesar de sus muchos trabajos, eran íntegros y un pedazo de pan con una onza de chocolate era el mejor de los manjares... ahora son otros tiempos.
EliminarAbrazos con cariño.
Me crié en el campo y supe de esa faena con mis mayores desde que pusieron la semilla en la tierra y luego se creció, se limpio y se cuido, porque tenía que cuidar las semesteras o los huertos más grandes de los animales y aves...recuerdo sentada en los cercos vigilante.
ResponderEliminarDespués tiempo de cosechas, con hualatos y máquinas para el trigo.
Dura faena, que hoy en poco se hace y será tan importante a este tiempo y lo que venga.
Bendiciones y una gran y bello homenaje a quien supo ganar bien su pan con el sudor de su frente.
Estés muy bien!!
Yo también Maulen, me crie en el campo, en contacto con la naturaleza, aprendí a amar todo lo que veía porque mi padre me decía que lo había puesto Dios, como regalo para los hombre.
EliminarVi los sueños y las esperanzas desde que se sembraba el grano de trigo, hasta que se convertía en blanca harina.
Gracias por tus palabras Maulen, conocimos el trabajo del campesino y valoramos lo que significa el trabajo del campo.
Cariños, con un abrazo.
Así es estimada y aprecio de manera a quienes homenajean el trabajo del hortelano que gracias a él hoy saboreamos todas las frescas verduras en nuestra mesa.
EliminarEstes muy bien, feliz septiembre.
Bendiciones.
Sencillamente precioso, me veo en parte reflejado en este precioso texto pues extremeño soy y actualmente trabajo en el campo, saludos y feliz semana.
ResponderEliminarYo también soy extremeña Jesús y he vivido desde niña el duro trabajo del campo. Hasta que mi padre emigró aquí a Madrid, buscando una vida mejor para su familia.
EliminarUn abrazo.
¡Tu exquisita sensibilidad es fabulosa! ¡Bien puede estar orgullosa de ti, el ábrego por cómo loas sus melancolías en tan sentido poema!La espiga como "maná de oro" me gusta con locura....pero ¡¡¡¡El broche del anhelo de poder acariciar alguna estrella, me deja relajado y feliz!!!!
ResponderEliminar¡¡¡¡¡¡¡Quedo a Tus Pies, Querida Amiga!!!!!!!!
Hola Maese Pérez, cuando escribimos abrimos las puertas del alma y salen los sentimientos que nos habitan... Estos hombres han dejado su huella y su sudor en una tierra seca y dura que devoraba su vida por mucho trabajo que hiciesen.
EliminarUn abrazo con aromas a jara y cantueso.
Hola Ángeles buenos días llego a tu blog a través del blog de Sofía, la verdad que es una entrada muy emotiva, y en ella demuestras la gran sensibilidad con que las ha escrito, el campesino dejó su lecho de trigo para tener en el cielo guardado con esmero este ! Verso ! Que tengas un bonito día ya te sigo para seguir leyéndote besitosss
ResponderEliminarGracias Embrujo por tus palabras, escribir es abrir las puertas del alma donde están los sentimientos y hacer que salgan volando en libertad. El campesino de cualquier lugar, ha llenado la tierra de su sudor y su llanto, viendo como muchas veces una granizada masacraba su cosecha, para ellos todo mi homenaje.
EliminarUn abrazo con cariño.
Un hermoso y merecido homenaje a los casi olvidados campesinos de esta tierra nuestra dura y a la vez generosa cuando se la trabaja. Creo que hemos equivocado el camino y que admiramos a quienes no se lo merecen mientras dejamos de lado a personas que son básicas para nuestras vidas..Mientras el mundo no aprenda a valorar el campo y su importancia vital,mal vamos.
ResponderEliminarGracias por tu visita Ángeles,hacía tiempo que no venía por tu casa. Procuraré que no vuelva a ocurrir.
Un fuerte abrazo,paisana.
Gracias Joaquín por dejar escrito en mi espacio lo que ha sido la realidad del campesino extremeño. Es cierto que hemos equivocado el camino, la tecnología ha destruído la integridad de los hombres. Cuando podía ir a mi pueblo sin miedo (antes de la pandemia) siempre me gustaba perderme por mis campos, respirar mi aire, abrazarme a las encinas, ay las encinas, ya las están arrancando, encinas centenarias, para sembrar el árbol del pistacho...
EliminarNo sé si lo sabes Joaquín, medio Badajoz, ha sido comprado por los jeques árabes y en sus dehesas crían vacas, ovejas, cabras y han hecho monumentales mataderos, para matar a estos animales y que lleguen hasta ellos, ya solo para comerlos, me indigna el alma, nos están robando nuestra tierra.
Desde el corazón un abrazo.
Hola Angeles, que delicada letras y melodía que sentido homenaje al campesino extremeño, escribes precioso, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Beatriz por las palabras que dejas en mi espacio, tú también escribes muy lindo y lo hermoso es compartir los sentimientos porque así nos enriquecemos todos.
ResponderEliminarCariños con un abrazo.
La vida del campesino es muy dura, trabajando de sol a sol con frío o calor y cuando muere alguno, su muerte pasa desapercibida, tan solo la tierra llora por ellos y los echa de menos. Un merecido homenaje.
ResponderEliminarAbrazos
Tienes razón Julia, nacen ya con la tierra en sus pisadas y mueren tejiendo sueños que casi nunca pueden hacerlos realidad. y al final de sus días, la tierra les acoge con el amor de una madre, porque pertenecen a ella.
ResponderEliminarCon mi cariño, un abrazo.